Bitcoin y las disonancias cognitivas

No sé cómo has llegado hasta aquí… pero aquí estás. Has pensado que sería interesante saber algo más de eso con lo que «todo el mundo se está haciendo rico», pero al mismo tiempo no has querido leer las mismas noticias de siempre con los mismos datos de siempre y las mismas palabras de siempre. Que si «tendencia alcista», que si «corrección», que si «to the Moon». Olvídate de todas esas palabrejas porque este articulista hoy no va a hablar de Economía.

Lo que te voy a transmitir es fácil de entender, pero difícil de digerir. Por eso quizá en mi primer párrafo ya te haya perdido, o quizá te pierda en este frase. O quizá en la siguiente. Eso dependerá de ti, y de cuánto estés dispuesto a introducirte en esta madriguera de Alicia que es la verdadera historia de Bitcoin. Si eres lo suficientemente atrevido para tomar la pastilla roja, adelante… este artículo no puede hacer daño a nadie. ¿O sí?

Primero los datos, para que no te pierdas: Bitcoin es un sistema de pago sin administrador único. Desde su creación en el 2009 ha seguido un camino en el cual ha ido abrazando una evolución hacia empresas y negocios que han creído en su potencial. La idea era poder realizar pagos sin que intervenga un organismo intermediario como un banco, por ejemplo, y que cada individuo pueda ser único responsable de sus propios pagos de forma descentralizada.

Cuando empezó a caminar en el 2009 fue su puesta de largo, su bautizo y la fecha en la cual se minó su primer bloque. A partir de ahí, empieza a poderse utilizar y se pueden crear transacciones con esta criptomoneda. Pero su gestación, su «génesis», es mucho anterior puesto que todo programa informático parte de una planificación y un trabajo de desarrollo previos a su puesta en producción. O dicho de otra forma: antes de que la gente lo pueda utilizar, se ha tenido que crear. Nada surge por generación espontánea.

¿Qué sabemos de su génesis? Lo que su autor quiso que se conociera: un documento PDF de 9 páginas exhaustivamente técnico en el que se describe de forma resumida pero concreta la forma en la que ha de funcionar. Ese documento lleva por nombre Bitcoin: a Peer-to-Peer Electronic Cash System aunque se conoce más comúnmente como el White Paper de Bitcoin, y se hizo público el 31 de octubre de 2008 bajo la autoría de un seudónimo japonés: Satoshi Nakamoto. En la página web oficial de Bitcoin encontrarás dicho documento en diferentes idiomas.

Volvamos a noviembre de 2021. Fecha actual. Justo en estos momentos determinantes se está celebrando un juicio histórico en Florida, Miami, en el que una persona está determinada a demostrar que es él quien se esconde bajo el seudónimo japonés, y que es él quien creó y sacó a la luz el protocolo Bitcoin hace 12 años. Esta persona es conocida desde hace años por defender esa tesis y no es otra que el Doctor Craig Steven Wright, o de forma abreviada, CSW.

El Doctor Steven Craig Wright es para muchas personas Satoshi Nakamoto, el inventor de Bitcoin.

Uno podría pensar que el juicio lo ha montado él, y que el propósito de todo el tinglado es demostrar que el negocio le pertenece. Pero no ha sido así. Lo cierto es que el juicio lleva preparándose desde el 2018 y que sólo ahora ha llegado a su fase final y presencial, ante un jurado de 10 personas civiles que deberán decidir sobre el asunto. Afortunadamente, en Estados Unidos todo proceso judicial es público, y es por ello que la información del juicio está reflejada y accesible de forma online.

Han de quedar claras las personas intervinientes en dicho juicio, así como algo clarificador: la personalidad e intenciones de cada uno. Por una parte tenemos a Ira Kleiman, el demandante, que pretende conseguir de Craig Wright, el demandado, la nada despreciable cantidad de 30.000 millones de dólares. ¿En base a qué? De todos es conocido que, pese a seguir en el anonimato, la persona que esté detrás del seudónimo de Satoshi Nakamoto minó en 2009 y 2010 una cantidad considerable de bitcoins. Eso significa que, del total de 21 millones disponibles de la criptomoneda, él se quedó con al menos uno de esos millones.

Según Ira Kleiman, el Doctor Craig Steven Wright es Satoshi Nakamoto (algo que Wright no niega sino confirma) y el hecho es que Craig Wright realmente fue amigo durante esos años de otra persona: Dave Kleiman, a la sazón, hermano de Ira Kleiman. La vida de Dave es digna de un artículo aparte por sus logros y personalidad, pero la cuestión es que falleció en el 2013 tras unos años en los que trabajó con su amigo Craig en ciertos aspectos relacionados con el inicio de Bitcoin. La versión de su hermano Ira es que durante esos años lo que hizo fue minar al menos la mitad de ese millón en liza de bitcoins, y que como representante de su herencia ahora le deberían pertenecer a él. Y no sólo eso, sino que también reclama el derecho de cierto grado de participación en los derechos de creación del invento en sí, quizá hasta el 50% en el mejor de los casos.

Por la otra parte, tenemos al australiano Craig Wright, alguien que desde que la policía intervino su casa en el 2016 siempre ha defendido ser el autor y dueño de la propiedad intelectual de Bitcoin. El motivo de la intervención no fue la invención de la moneda, sino problemas con unos pagos relacionados con ella en la administración australiana. Y lo que hemos de tener en cuenta es que es una persona que sufre de una alteración del espectro autista llamada Asperger que concede cierta inteligencia a los individuos que la sufren y que como contrapartida de ello padecen carencias sociales en su personalidad. Es por esta enfermedad que Craig nunca habría salido a la palestra, ni nunca hubiera reclamado la autoría de su invento, si no fuera por A: la intervención de la administración australiana en sus asuntos y B: la demanda del hermano de su socio fallecido.

Si hasta aquí la historia te ha parecido lo suficientemente sugerente, adéntrate más en la madriguera para despejar las dudas que deben haber surgido irremisiblemente en tu interior, como… ¿Es realmente Craig Satoshi Nakamoto? ¿Por qué no utilizó su nombre real, y qué le hizo escoger ese seudónimo en particular? ¿Por qué sale todo esto justamente ahora? ¿Cómo es posible que se sepa tan poco de un juicio en el que se disputa la mayor cantidad de dinero en juego en un juicio civil de la historia? ¿Es Craig favorable a los intereses de la marca Bitcoin? ¿Por qué Craig se muestra contrario a la especulación de los mercados sobre esta criptomoneda? ¿La finalidad de su invento es puramente inversora? ¿Qué intereses benefician a cada parte?

Si quieres saber más, acompáñanos en nuestro siguiente artículo y sigue descendiendo por esta madriguera en un viaje en el que descubrirás que nada es lo que parece, y que tendrás que olvidar muchas cosas de las que pensabas que sabías hasta ahora de Bitcoin.

3 comentarios sobre “Bitcoin y las disonancias cognitivas

  1. Es complicado concentrar tantas mentiras en un artículo tan corto. Suerte con la estafa, a ver si conseguís pescar algún que otro despistado.

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