La Patagonia.- Tierra de exploradores

“Todo aquí despierta nuestras emociones más profundas: a veces es la tristeza de sus llanuras; o el magnífico caos de sus montañas”.

Ramón Lista.

Desde la llegada de Fernando de Magallanes en 1520 al estrecho que hoy lleva su nombre, cientos de exploradores de todo el mundo llegaron a la Patagonia. Muchos de ellos lo hicieron en busca de aventuras, inspirados por la remota “Terra Australis Incognita” (Tierra desconocida del sur), otros llegaron en busca de nuevos saberes y conocimientos. Desde que Occidente conoció la Patagonia, la región ha sido un territorio inquietante. El inmenso territorio atrajo las miradas de los europeos, quienes quedaban cautivados por las historias y leyendas de la Patagonia. 

La tierra de las mesetas infinitas no solamente atrajo a los aventureros románticos, sino que también a los buscadores de oro, cazadores de lobos marinos y saqueadores de la tierra. Muchos fueron los europeos que navegaron por los mares del “fin del mundo”, entre los más destacados, se encuentran Alonso de Camargo en 1539, Juan Ladrillero en 1557, Francis Drake en 1578, Sarmiento de Gamboa en 1579, Thomas Cavendish en 1587, Ricardo Hawkins en 1494, Oliverio van Noort en 1599, y más adelante Bouganville, Dumont d’Urville, Alejandro Malaspina, James Cook, Robert FitzRoy y muchos otros. 

En 1870, en una caravana con los indios tehuelches, el explorador inglés George Musters recorrió 2.700 kilómetros desde la desembocadura del río Santa Cruz en la Patagonia austral, hasta Carmen de Patagones, en la desembocadura del río Negro, que marca el límite norte del territorio patagónico. Musters escribió el libro At Home with the Patagonians (Vida entre los Patagones), en donde relata todo el viaje a través de la Patagonia acompañando a los tehuelches. La travesía realizada por Musters hace más de un siglo hizo acreedor al viajero inglés de calificativos como “El Marco Polo de la Patagonia”, “The King of Patagonia” y “El Livingston sudamericano”. En homenaje a su legado, varios lugares de la geografía patagónica llevan su nombre.

Imágenes de la Patagonia. 📸 Florian Delée

Los exploradores de la Patagonia no fueron solamente europeos, sino que también muchos fueron argentinos. Cada uno de ellos dejó su huella en la Patagonia y muchos incluso dejaron plasmado en sus crónicas viajeras valiosas historias que nos transportan a otra época del sur del país. La dedicación de los exploradores argentinos no tiene límites, ningún sacrificio era demasiado grande para ellos. El amor por el territorio nacional los caracterizaba y los unía la inspiración de ir más allá de lo conocido. 

Francisco Pascasio Moreno, más conocido como el “Perito Moreno”, fue el explorador argentino más emblemático de la Patagonia. No solamente fue un viajero y explorador, sino que también fue un hombre con un profundo amor y respeto por la tierra. Un defensor de la Soberanía Nacional y un auténtico patriota. Nació en Buenos Aires el 31 de mayo de 1852, hijo de Francisco Facundo Moreno Pisillac, un porteño patricio que acababa de regresar a la Capital, después de la Batalla de Caseros, tras haberse exiliado en Uruguay, a raíz de la dictadura de Juan Manuel de Rosas

Por encargo de la Sociedad Científica Argentina exploró la Patagonia desde Carmen de Patagones, por el valle del río Negro y el Limay, hasta el lago Nahuel Huapi y la cordillera de los Andes. En julio de 1874, el Ministro de Relaciones Exteriores, Dr. Carlos Tejedor encomendó a Moreno una nueva misión de exploración en la Bahía Grande de Santa Cruz, donde los chilenos habían levantado un caserío. A partir de ese momento, las misiones del perito Moreno tendrían por objeto tanto asegurar la soberanía argentina.

Fotografías del Glaciar Perito Moreno, en la Patagonia argentina.

Gracias a la intervención del perito Moreno, Argentina obtuvo cuarenta y dos mil kilómetros cuadrados en disputa con Chile. Fue tan determinante su labor, que el propio Sir Thomas Holdich, el árbitro inglés, le dijo: “todo cuanto gane el pie argentino al oeste de la división continental se deberá enteramente a usted”. Su intervención fue crucial, también, para que los colonos galeses de la Patagonia aceptaran vivir bajo la soberanía argentina. Moreno también fue un notable impulsor del scoutismo en la Argentina y el artífice de la primera cumbre presidencial entre Argentina y Chile, que tuvo lugar, ya superado el conflicto fronterizo, el 15 de febrero de 1899, entre los presidentes Julio Argentino Roca y Federico Errázuriz Echaurren, en el estrecho de Magallanes.

Perito Moreno también reconoció el río Santa Cruz hasta sus fuentes, viaje en el cual descubrió el lago San Martín. Posteriormente retornó a la Patagonia y emprendió una nueva expedición por la zona de los lagos. Por sus conocimientos acerca de la región andina austral, fue designado perito de la comisión de límites entre la Argentina y Chile en 1902. Las valiosas colecciones científicas reunidas en sus viajes las donó para constituir el Museo Antropológico y Arqueológico de Buenos Aires, del cual fue nombrado director

Sobre esta base se creó, en 1884, el Museo de La Plata, con nuevas colecciones donadas también por Moreno. Algunas de sus obras: Viaje a la Patagonia austral; Viaje a la región andina de la Patagonia; Apuntes preliminares sobre una excursión a los territorios de Neuquén, etc. Luchó denodadamente para concretar su sueño de un gran museo porque consideraba que era una esperanza importante para el futuro del país. Junto a otros hombres de su época, aspiraba a convertir a la ciudad de La Plata en el principal centro cultural y científico de la Argentina. Como otros hombres de su generación, estaba decidido al desarrollo de la ciencia en favor de la patria, y fue él quien decidió llamar a esta institución “Museo de La Plata”, entendiendo que esta nueva institución abarcaría todas las ramas de la Historia Natural. 

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